Desde la joven profesional hasta el vendedor de girasoles, tienen sus opiniones
sobre el nuevo Proyecto de Constitución cubana .
De manera franca y abierta, las mujeres y los hombres de la Ciudad Bandera, hablan sobre el tema, con la pasión que nos caracteriza, defendiendo sus puntos de vista y ofreciendo argumentos, porque saben que más que un lema, aquello de “Mi voluntad, mi Constitución”, es una práctica desde el mismo primero de enero de 1959..
La consulta popular comenzará en pocos días y en cada casa, plaza, barrio, centro de trabajo, se debaten desde ya, los sustanciales cambios propuestos, que superan lo puramente social, porque van mucho más allá, representa, como dijo una joven cardenense, citando a Fidel, "Cambiar todo lo que deba ser cambiado"
Se trata de recoger las transformaciones en todos los ámbitos realizadas en la Isla e implementar nuevas estructuras en correspondencia con los tiempos actuales, sin perder la esencia socialista de nuestro proceso revolucionario, ni renunciar al legado martiano y fidelista, bases sobre las cuales se sustentan el presente y futuro de la nación.
No hay edad, sexo, creencia o color de la piel, que limiten expresar libremente las opiniones en este momento sin precedente, porque todas y todos cuentan y así lo manifiestan los habitantes de Cárdenas.
Un nuevo ejercicio político está a las puertas y las palabras del Apóstol cuando expresó “Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”, podrán materializarse a través de la participación activa y el compromiso de los que formamos parte de este pueblo, hoy decidido a conquistar una nueva victoria, con la reforma constitucional.
Cada espacio del archipiélago cubano será un lugar oportuno para compartir ideas, debatir; donde se tendrá la oportunidad de pronunciarse a favor o en contra del contenido de los artículos, con el respeto y la profundidad que demanda la discusión del proyecto.
El aporte será decisivo por ser éste, un debate nacional, despojado de prejuicios y en Cárdenas, como en toda Cuba se puede palpar la diversidad de criterios y la seriedad con la que cada cual se toma, tener voz y voto en un asunto de tanta trascendencia como es la Carta Magna de la Nación.
Los principios de justicia social y humanistas de nuestro pueblo se evidencian también en los juicios que se realizan por ejemplo, ante la nueva conceptualización del matrimonio, aspecto generador de muchas opiniones, que pronto en la consulta popular, se harán más amplias, por lo heterogéneo del pensamiento que hoy perdura.
Sin embargo por lo que he podido apreciar , existe la certeza de la necesidad de cambiar la Ley Suprema de Cuba, para contar con un Estado y Gobierno, superior, sin perder de vista, los irrenunciables principios defendidos por la Revolución a lo largo de estos históricos años.
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