Cada 6 de diciembre ella presidió la marcha de las madres y abuelas de la Ciudad Bandera para exigir la libertad de los Cinco, convencida de las palabras de Fidel, que volverían.
Hoy una Mirta plena se reencuentra con Rita María Pérez Comas, la dulce pionera que le escribía a su hijo y ahora ya adolescente, sonríe con la satisfacción de tener a Tony a su lado, luego de tanto luchar por su retorno a la patria.
Rita María se abraza al hermano quién le agradecepor sus misivas y las lágrimas afloran a sus ojos, sin poderlas contener, porque sabe lo bien que le hace a Mirta estrechar a su hijo y disfrutar de este momento único, que la solidaridad de tantos, hizo realidad.
Todas las cartas y dibujos que las niñas y niños enviaron a Antonio Guerrero, Mirta los guarda celosamente, así se lo pidió su hijo por representar un recuerdo imborrable y también una gran compañía en los días y noches de soledad, durante su encierro.
Con emoción Mirta cuenta de lo feliz que se siente por tener a sus cinco hijos en casa y como fue el amor de tantas personas lo que los trajo de regreso y les permitió sobrevivir durante estos 16 años.
Trascendente fue además la actuación de la cardenense Carmen Lidia Maden, con la cual Mirta tiene una relación especial de cariño y afecto. En todas las tribunas apoyó con su música la causa de los Cinco y a dúo corearon inolvidables canciones en el Museo A la Batalla de Ideas y otros lugares.
Por su gentileza e incondicionalidad, Mirta dijo sentirse agradecida de Carmen Lidia y muy orgullosa de poder compartir con su hijo, la calidad y el talento de esta intérprete. La artista a capella puso todo de sí para expresar un sentimiento por tantos años contenido, de haber luchado y triunfado de alguna manera con su arte, por tan justa causa.
Fue mágico el instante del volverse a encontrar y recíproca la emoción cuando Carmen Lidia bajó de escenario para fundirse en un abrazo con Mirta y Tony.
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