Mafalda está de cumpleaños y los que la adoran en buena parte del mundo, celebramos con nostalgia el medio siglo de esta singular niña que durante su vida dijo tantas cosas oportunas, que interpretaron y aún interpretan los pensamientos de varias generaciones. Mi acercamiento a esta pequeña ya universal fue cuando prácticamente tenía su edad y publicaron en Cuba, algunas de las tiras de Quino.
Tengo que confesar que aunque Mafalda me parece genial y me encantaría tener su agilidad mental para decir lo justo en el momento preciso, me identifico totalmente con Felipito, su entrañable
compañero de travesuras, al que mi hija Alicia de 26 años, también siente como suyo por tener tanto en común.
compañero de travesuras, al que mi hija Alicia de 26 años, también siente como suyo por tener tanto en común.
Lo increíble de Mafalda es la vigencia de la mayoría de sus parlamentos, la ONU a la que aludió ha cambiado poco y la incomprensión en el mundo cada día se agudiza más, en un planeta que como ella dijo refiriéndose al futuro, además de más viejos, vamos a estar apretados.Su precepción del deterioro medioambiental en la década del 60 se ha confirmado. Hasta del Papa que ahora es argentino, Mafalda habló, contando que hizo un nuevo llamado a la paz, pero como siempre dio ocupado.
Cincuenta años en la historia es poco tiempo, por eso creo que aunque solo eventualmente Joaquín Salvador Lavado, Quino, su autor, ha publicado nuevas historietas de Mafalda, con las que existen es suficiente para continuar leyéndolas y releyéndolas y encontrar novedades de esa niña precoz, a la que estoy segura que los nuevos que la conozcan la adorarán también como nosotros…
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