El crecimiento humano de Yadian

La obra de la Batalla de Ideas se materializa de diversas formas y una de ellas es a través del crecimiento humano de muchos de sus protagonistas, como Yadian Daniel Medina, aquel pionero cardenense que un 5 de diciembre hace 20 años, alzó su voz para exigir el regreso de un niño  a la patria, frente a la Oficina de Intereses del gobierno de los Estados Unidos.

Elián González Brotons de solo 5 años, había naufragado y perdido a su madre en el mar, víctima de la Ley de Ajuste Cubano, promotora de salidas ilegales del país a cualquier precio. Después de ser rescatado su familia de Miami, lo retuvo, negándose a entregarlo a su padre.

Yadian, quien participaba  durante esos días como delegado por la Secundaria Básica Félix Varela de Cárdenas,  a la VIII Conferencia Nacional de las Brigadas Técnicas Juveniles, desde la altura de sus 12 años,  devino líder de la primera Tribuna Abierta  en demanda de la devolución del pequeño coterráneo  a su papá y a su pueblo.

Desde ese día se inició una intensa lucha; el Comandante en Jefe Fidel Castro hizo suya la causa y junto a su Pueblo,  no desmayó hasta traerlo de vuelta a la patria. Yadian quien se mantuvo todo ese tiempo en la primera trinchera  pudo disfrutar del séptimo cumpleaños de Elian  en casa y sumarse luego a la Batalla por el regreso de los Cinco antiterroristas cubanos, presos en cárceles del Imperio.

Primero fue Camilito y después ingresó en la Escuela Interarmas General Antonio Maceo, donde se graduó  como oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias,  hoy con orgullo ostenta el grado de capitán y está  al frente de la juventud en el Ejército Central.

Yadian Daniel Medina ha madurado y como decía al inicio creció como ser humano hasta convertirse en un hombre cabal, comprometido con la Revolución y su defensa; ya es padre de familia y cada año por esta fecha participa en las actividades, con  su uniforme  militar y su sana sonrisa,  recordándome al adolescente de dos décadas atrás.

 Mañana 6 de diciembre  de seguro lo encuentro y como siempre me abrazará, sentiremos en silencio la ausencia de Neimy su mamá, hablaremos de su papá, Luis Daniel, un veterano camarada, al que le debe en gran medida su formación íntegra;  me contará de su esposa  Gianny y de las travesuras del  pequeño hijo, Alejandro, al que ama y deberá seguirle los pasos.