A mi mente llegaron los recuerdos de cuando conocí a Rey en la Universidad de Las Villas. Isabelita, la madre de sus dos hijos mayores me habló de él, de sus cualidades de líder como dirigente de la FEU en la carrera de Agronomía, de su atractivo; ella era alumna de Arquitectura, muy linda e inteligente y yo profesora de Economía Política, de la prestigiosa casa de altos estudios de Santa Clara en la Facultad de Construcciones.
Pasaron años y cuando mi esposo Carlos, mi hija Alicia de 2 años y yo, nos fuimos a vivir a Tope y ambos a laborar en la filial de la Universidad a impartir Ciencias Básicas, en la Facultad de Agronomía de Montaña del Escambray, (FAME) nos volvimos a encontrar, ella como arquitecta del complejo turístico y él como profesor de Botánica de la FAME.
Allí estrechamos nuestros vínculos, éramos prácticamente vecinos en el Reparto Jesús Menéndez y seguimos paso a paso su crecimiento profesional. Reinaldo con su carisma y pasión por la especialidad llegó a ser el decano de la Facultad de Montaña e Isabelita, inversionista del Complejo.
Carlos y Rey se hicieron buenos amigos y se admiraban mutuamente; con Isa, mi esposo tenía una relación de complicidad, sobre todo en temas culinarios, ambos se entendían e intercambiaban recetas y en no pocos fines de semanas nos reuníamos y hacíamos comidas juntos.
Nosotros al cabo de cinco años nos fuimos de Tope, regresamos a Cárdenas mi ciudad natal junto a mi familia y supimos del nacimiento de Marialina y Reinaldito, tan esperados que aún me cuesta creer su separación, pero la vida es así. Isabelita me anunció que el nombre de su niña me iba a sorprender, porque es la combinación de mis dos nombres a la inversa, de Lina María a Marialina.
Pienso que Carlos, que hoy no está, habría disfrutado mucho del éxito de la aplicación del herbicida como solución al enyerbamiento a base de Pino Macho, ya probado con resultados concretos y fruto de investigaciones de nuestros alumnos de la FAME, engavetado entonces y pidiendo a gritos ahora se generalice en todo el país.
Rey lo reconoció en su intervención, dándole con toda justeza el nombre de Herbifame, a este producto ecológico, algo que me satisfizo pues fue el reconocimiento a los estudiantes y al colectivo de profesores de la Facultad de Agronomía de Montaña del Escambray, donde vivimos momentos inolvidables en la primera mitad de los años 90, difíciles, pero a la vez mágicos.
2 comentarios:
Mi querida amiga de cuando fuiste mi profe en la UCLV y de esa etapa tan bella e inolvidable de mi vida en Tope de Collantes donde nos reencontramos.Me siento muy honrada y agradecida de que hayas rememorado ese tiempo, en verdad mágico, donde compartimos tantos secretos y complicidades y nacieron mis hijos, mis más grandes y queridos tesoros. Tu y Carlos; que decir, siempre en mi corazón; fuimos una familia. Hoy podría mencionar tantos recuerdos hermosos que no alcanzaria este espacio y te puedo decir que leyendo tu escrito viaje en el tiempo, volví a mi apartamento y disfruté de las animadas charlas, de las inagotables recetas de cocina con Carlos y de todo el amor que en aquel lugar pude tener. Yo tambien amare por siempre ese tiempo mágico.
Me quedé loco amiga, sin comentarios
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