Hace unos años visité los talleres de la Reconstructora de Ómnibus
de Cárdenas y quedé impresionada con la labor de aquellos hombres que sin
descanso trabajaban en la reparación de
equipos de transporte urbano de la capital en tiempo record, hoy de nuevo
visité esa unidad y compartí con ese colectivo, en su mayoría masculino la consulta del Proyecto Constitucional
cubano.
Con su lenguaje en ocasiones recio, pero claro y directo
examinaron
paso a paso la trascendental reforma constitucional cubana, que
precisa del aporte de todas y todos para
lograr democráticamente llegar a un consenso con la opinión del pueblo.
Agudas fueron los
criterios sobre el Artículo 68 del capítulo III referido al matrimonio como
unión voluntaria concertada entre dos personas, con aptitud legal para ello…,
que digamos puso a flor de piel el pensamiento machista de estos hombres, que
no comparten este tipo de relación y lo
consideran perjudicial a la familia.
Lógica resulta esta reacción y cada quien en su contexto
expresará libre y voluntariamente sus opiniones,
propuestas de cambios, adiciones y también supresión de artículos y
todo debe ser respetado.
Claro que es
importante ir educando a la población para alcanzar una sociedad más justa y plena,
sin ningún tipo de discriminación,
explicando temas que hasta hace muy
poco eran tabú y hoy necesitan ser tratados desde la infancia, sin olvidar el seno del movimiento
obrero y la comunidad para su mayor comprensión.


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