Emocionada aún por sus vivencias, habla de la trascendencia del Congreso de los universitarios cubanos, por marcar un antes y un después dentro del proceso revolucionario en el país, donde la casa de altos estudios y sus alumnos tienen un importante protagonismo en el presente y el futuro.
Cintia estudia Derecho en la Universidad de Matanzas y tiene la certeza de que 95 años de historia de la FEU, le ha permitido ganar un prestigio para ubicar a sus miembros en la primera fila de la batalla que libra Cuba en estos momentos y así también lo ve la Dirección de la Revolución, que compartió con ellos las intensas jornadas.
Aunque siente la nostalgia de la ausencia física de Fidel, la presencia de Raúl, de Machado Ventura, de Díaz Canel, de Abel Prieto y la confianza que manifestaron en la nueva generación de estudiantes universitarios, compensa no haberlo tenido de cuerpo presente, porque confiesa que desde el primer día hasta el último, el Comandante en Jefe estuvo allí, en cada debate y reflexión.
Nunca podrá olvidar estos días, haber tenido el honor de ser delegada al Noveno Congreso de la FEU, la enriqueció y la llena de desafíos. Dentro del Derecho sabe que mucho podrá aportar y no tiene que esperar a graduarse, porque la Universidad es más que un laboratorio en la Isla, es una fuerza productiva más, que se pone al servicio de la nación para responder a sus necesidades en todos los ámbitos y el jurídico es vital.
Me despido de esta joven universitaria y la dejo, allí en su barrio del Reparto Trece de marzo en la Ciudad Bandera en el lugar donde se crió junto a su familia, en especial de su abuela paterna, Silvia Alderete, una pedagoga de más de 50 años de magisterio que con orgullo dice que Cintia es el mejor premio a su labor en la formación de juventudes.
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