Periodista de Radio Ciudad Bandera
Te quiero Fidel, siempre estarás en mi corazón…Los niños cardenenses pensaron y escribieron estas frases al pionero mayor. Tímidos llevaban sus cartas a las escuelas en manitas forjadoras de futuro.Cartas inspiradas por el ídolo del que conocieron siempre disfrutó la cercanía de

Como un gigante con botas de siete leguas lo comparaban aquellos a los que alguna vez se les detuvo el corazón ante su astral presencia. Los pioneros que se despiden de Fidel por estos días, ya sea enmensajes escritos en legajos de papel, versos o canciones lo ven y recuerdan en estas palabras:“solidaridad, dignidad, astucia, revolución, respeto, internacionalismo, un hombre indiscutible”.

La directora del centro María del Carmen Casanova condujo el matutino y en sus primeras palabras al alumnado le resultó difícil ocultar las lágrimas.
Habló de Fidel el guerrillero, el hombre y el ídolo de pueblos. Explicó a los pioneros Moncadistas y José Martí, el


Minutos más tarde, exactamente a las nueve de la mañana, uno a uno, pioneros y educadores plasmaron su rúbrica en los libros de condolencias dispuestos en la escuela en gesto de patriotismo para el eterno Comandante en Jefe de la Revolución.

Lianne, Jose, Carla, Wendy la presidenta del colectivo de alumnos, Diago, Koliek y otros estudiantes accedieron a contar en breves palabras su percepción de Fidel, en quien reconocen primero al hombre que “convirtió cuarteles en escuelas para enseñar a todos los niños de Cuba, al hombre perfecto que hizo tantas cosas por la revolución, al que le debemos todo lo que tenemos, y que debemos honrar su nombre estudiando, siendo felices como él soñó para todos los niños.”
Fidel se nos fue.Nos cambiaron la ciudad decalles bulliciosas por otra en la que señorea el más absoluto silencio. Banderas dela estrella solitaria ondean en portales, balcones y a media asta en las instituciones estatales. El luto que nubló la mirada de los cubanos al conocer la irreparable pérdidafísica del sembrador de ideas Fidel Castro Ruz prevalece, pero al mismo tiempo se enjugan las lágrimas al pensar en su prolífica y larga vida. Y como expresó el pequeño Jose a esta reportera, no es tiempo para llorar sino para estar felices por el legado que dejó a su pueblo.
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