
A Colombia la conocí de cerca a finales de los años 70 por una estudiante de ese país, que llena de sueños llegó a la Universidad Patricio Lumumba de Moscú en la antigua Unión Soviética.
Ser tan delgadita como yo y novia de Peniche, un mexicano amigo de Javier, mi hermano azteca, nos hizo bien amigas. Me encantaba escucharla hablar con orgullo de su Patria y verla bailar sus tradicionales ritmos.

Estudiaba Historia y tenía mucha sed de conocimientos y la Lumumba, con sus virtudes y defectos le enseñó a conocer y comprometerse con su continente y con el Tercer Mundo en general. Bolívar y Martí hicieron el resto en su preparación.
De Cárdenas, la Ciudad Bandera de Cuba donde nací, quería saber todo, en especial de sus primicias, en las que me vanagloriaba de contar con la primera estatua de Cristóbal Colón en Latinoamérica y ella me respondía riendo que su país con su nombre hacía honores al Almirante.
Cuando terminé mi carrera en la Universidad Mijaíl Lomonosov, también en Moscú, nos despedimos, con un "arrieras somos y en el camino nos encontramos," promesas de escribirnos y de volvernos a ver algún día.


El cese al fuego definitivo con las FARC-EP, comenzará a regir el próximo lunes 29 de agosto, y marcará el fin de un enfrentamiento de más de cincuenta años de tragedia para ese pueblo desangrado, al que le cobraron muchas víctimas, entre ellas, mi amiga colombiana, a la que recuerdo hoy porque no podrá ver la paz.
1 comentario:
un abrazo desde Colombia, gracias por tus letras! Viva Cuba!
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