Ciudad Bandera

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viernes, 22 de agosto de 2014

PRÍNCIPES EN EL ORIENTE MEDIO



Lic. Valia Soto Espinosa. (Club martiano Néstor Ponce de León-Unión de Historiadores de Cárdenas). 
Expresó Maquiavelo, en su obra El Príncipe: “Ha de notarse, pues, que a los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos, porque si se vengan de las ofensas leves, de las graves no pueden; así que la ofensa que se haga al hombre debe ser tal, que le resulte imposible vengarse.”
Considero aplicable lo referido por este filósofo, a  la situación actual  en el Oriente Medio. Parece ser que el  desagravio en esta geografía se torna perpetuo, tras bambalinas que denotan, acuerdos convertidos en letra muerta, los cuales no han sido ni siquiera recordados.

No cabe duda que además de las ansias por apoderarse de lo ajeno, la nación de Israel se ha  desplomado, ante las bien remuneradas cuotas que abonan el desquite. ¿Por qué venganza?, después de los acuerdos de Oslo, en 1993, recibió la región castigada el 80 por ciento de su territorio. Aludiendo de nuevo al texto, sobre las   tropas que apoyaban a los principados, eslabono las palabras, venganza- mercenario, y cito: “Las mercenarias y auxiliares son inútiles y peligrosas; y el príncipe cuyo gobierno descanse en soldados mercenarios no estará nunca seguro ni tranquilo, porque están desunidos, porque son ambiciosos, desleales, valientes entre los amigos, pero cobardes cuando se encuentran frente a los enemigos; porque no tienen disciplina, de modo que no se difiere la ruina sino mientras se difiere la ruptura; y ya durante la paz despojan a su príncipe tanto como los enemigos durante la guerra, pues no tienen otro amor ni otro motivo que los lleve a la batalla que la paga del príncipe, la cual, por otra parte, no es suficiente para que deseen morir por él. ” Sirva esto como  analogía, con las fuerzas israelíes que se encuentran operando en la Franja de Gaza, manipuladas por el gobierno de Estado Unidos, las que tampoco pueden quedar en paz, ni saldar lo pendiente ante la ofensa que constituye el reclamo de las fronteras usurpadas.
La tesis maquiavélica, sobre los hombres, explica que en  “la generalidad son ingratos, volubles, simuladores, cobardes ante el peligro y ávidos de lucro”…
Los preciados corren el riesgo de ser hundidos dentro del barrizal de la crueldad; cuando no son capaces de brindar las mismas respuestas, entonces, las marionetas y sus manipuladores  continuarían  sus objetivos, sin pausas en su andar, pero con los peligros, que conlleva la quiebra de la propia cuerda que los dirige, mordiendo así  la mano de su operador, dándose a la búsqueda de la habilidad de otros, tal  como ha  demostrado la historia, pues para volcar su despotismo, y destruir a una nación noble, los cobardes necesitan siempre de aliados que lo resguarden.
Acotaba alguien que en la zona limítrofe, no hay guerra, pues ella debe  establecerse en forma de golpe y contragolpe, como dijera Cicerón, “guerra justa”, lo cual difiere de este caso; aquí no hay contrincante, solo predomina, la confabulación, la represalia, el odio a distancia.
Definió a los hombres príncipes Maquiavelo, ¨uno es llamado pródigo, otro tacaño y avaro que tiende a enriquecerse por medio de la rapiña, uno es considerado dadivoso, otro rapaz; uno cruel, otro clemente; uno traidor, otro leal; uno afeminado y pusilánime, otro decidido y animoso; uno humano, otro soberbio; uno lascivo, otro casto; uno sincero, otro astuto; uno duro, otro débil; uno grave, otro frívolo; uno religioso, otro incrédulo.
Me resta preguntarme ¿Ante qué tipos de príncipes nos encontramos, cuando nos referimos a Estados Unidos e Israel?
Encontré para resumir, un artículo de Martí, que pudiere esgrimir la envestidura de  la  realeza en cuestión; “hay caras de cuero, y asentaderas de goma elástica y espaldas de  lacayo, que se  encorvan más, mientras más se les paga”.

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