Ciudad Bandera

Desde Cárdenas, Cuba y el Mundo, un intercambio franco.

sábado, 29 de marzo de 2014

Víctor Mesa, inadvertido nunca

El beisbol es  el deporte nacional  de  los cubanos y aunque confieso que siempre en mi  casa voté por la novela,  cuando en la televisión coincidían, al comenzar mi vida laboral en la Universidad Central de Las  Villas, cambié mi percepción y reconocí cuanta razón tenía mi papá al defender con pasión su horario de pelota.
Mary Castillo, una colega de Sitiecito, tierra natal de Víctor Mesa,  no se perdía un juego en el estadio Augusto César Sandino de Santa Clara y hablaba con  tal  entusiasmo  de aquel mulato pelotero, que era imposible  no  identificarse de inmediato con el estelar jugador . Ella tan filósofa y entendida con los clásicos, cuando la “explosión naranja” salía al terreno,  se transfiguraba en su más exaltada seguidora.
La Universidad  de Las Villas en  los años  80, con  miles de estudiantes se volcaba en pleno  para el estadio  y no se hablaba de otra cosa al otro día, que no fuera de lo ocurrido la noche anterior y sobre todo, de aquellos robos de base protagonizados por Víctor Mesa, que hacían saltar hasta el más pasivo.
Así me fui acercando  al  identificado con el Número 32, un atleta  que convertía en espectáculo cada  evento deportivo y tanto en  la novena de Villa Clara como  defendiendo  los colores del equipo  Cuba, daba lo mejor de sí por el triunfo, con esa  espontaneidad y humor criollo que lo  caracterizan.
Al   retornar  a Cárdenas e iniciarme como periodista seguí la Serie Nacional de Beisbol y en un  hogar donde el  predilecto era  el equipo  de Industriales por tradición, siempre apostaba por los Naranjas, porque en Villa Clara fue donde aprendí a disfrutar  de la pelota por Víctor Mesa.
Por eso  cuando el  carismático Director se hizo  cargo de equipo de Matanzas  no me cupo dudas del despegue de los Cocodrilos, que de año en año han subido la parada para regalarle al pueblo lo mejor de la pelota cubana y llenar el estadio  Victoria de Girón, haciendo honor a su nombre.
Eternamente polémico, con adoradores y detractores,  Víctor Mesa  conduciendo   a los yumurinos representa un gran desafío para toda la afición, e Industriales y quien no es Industriales se las tendrá que ver dura en el actual play off, donde el favorito,  modesta y aparte es mi equipo-el  de Matanzas- para ganar el campeonato.
 A los Azules se le sobran fanáticos, entre ellos mi compañero y  realizador de  radio, René Martínez, Industrialista, hasta la médula y  el joven  informático Mario Wilford,  lejos hoy,   pero desafiándome  por Facebook  a que  ganarán  la Serie 53 en su amado Latino, mientras,  mi amiga Indira que recién dio a luz  no se pierde un juego amamantando a su hija, porque está convencida que Pinar del Río, será campeón.
Por mi parte coincido con Israel Rojas, integrante del Dúo Buena Fe, declarado  victormesista ciento por ciento y a eso se suma  que por azar o porque alguien adivinó mi sentir, primero lo propusieron  como mentor del equipo de Matanzas y por último en la  reciente  Sesión Solemne  de la Asamblea Municipal del Poder Popular  de Cárdenas,  le otorgaron a Víctor Mesa la condición de Hijo  Adoptivo de la Ciudad Bandera, un excelente regalo también para esta aficionada al beisbol, natural y orgullosa de esta localidad y seguidora del genial pelotero.


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