Sobresalir cuando se es joven es difícil, pero con una cuota de talento
y audacia es posible, sin embargo mantener el protagonismo a lo largo
de la vida, resulta todo un reto. Y este es el caso de Brunilda Oves Sotolongo, una de las fundadoras de
la Semana de la Cultura en Cárdenas, que a sus 87 años continúa
desafiando los obstáculos propios de la edad y su delicado estado de
salud, para crear una obra artística tangible, que se puede disfrutar
en el Museo Casa Natal de José Antonio Echeverría.
La otrora jefa del Departamento de Literatura de la Dirección Municipal de Cultura y creadora de la publicación “Cangrejo de Papel y el Concurso Fray Candil ahora cambia las letras por los hilos de colores brillantes y en exquisitas y caprichosas combinaciones, nos ofrece hermosos tapetes tejidos, con la técnica de crochet.Brunilda ha vivido intensamente cada momento de su existencia, como mujer, madre de tres hijos, y profesional. Doctora en Filosofía y Letras fue profesora de distintos niveles de enseñanza en Cárdenas, tuvo una especial amistad con Esteban Hernández, en su paso por la Progresiva y dedicó una buen parte de su magisterio a la Universidad Central de Las Villas, cuando a su esposo lo destinaron a principios de la Revolución a esa casa de altos estudios.
Regresó a la Ciudad Bandera en 1973 y ocupa desde entonces un lugar trascendente en la Cultura de Cárdenas; ganó el Premio Nacional de Ensayo con el trabajo “Rubén Martínez Villena, el revolucionario y el poeta” y otros reconocimientos por su obra “Alas Audaces” dedicada a Martín Klein, el joven aviador nacido en la localidad, que no creía en imposibles.
Miembro del Club de 120 años, la incansable Brunilda Oves es una mujer de fe que considera a la vida como un gran regalo y aunque confiesa que en ocasiones se deprime, porque la vista no la acompaña para leer y el cuerpo no le responde para moverse como quisiera, el encontrar algo que le permita crear, la compensa.
Su hijo la provee de los hilos de colores para sus tapetes y junto a sus hijas, nietos, biznietos, tataranieta, así como nuera y yernos, la colman de ese amor tan necesario a la tercera edad, que le permite sentirse querida e indispensable en su Cárdenas natal, a la que sigue aportando como mujer de la Cultura.
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