Su pupila continúa insomne y la carga para matar bribones sigue haciendo falta, porque muchas revoluciones están por acabar la obra, a la cual Rubén Martínez Villena, entregó sus fuerzas y talento.
Un día como hoy nació uno de los hombres imprescindibles, en décadas en las que la corrupción, los negocios turbios, el entreguismo y la tiranía se daban la mano, en los gobiernos de turno de la Cuba republicana.
La agudeza de su inteligencia y la maestría de su pluma se combinaron con su militancia revolucionaria para luchar lo mismo con la poesía enérgica, que con su pujante prosa, consecuente hasta el final, con sus ideales de justicia social, herencia que le legaron patriotas como Martí, Maceo y Gómez.
Fue Villena quien retrató con su agudeza e ironía al dictador Gerardo Machado, a quien desde entonces se le conoció como El Asno con Garras.
Su quebrantada salud nunca le impidió ser protagonista de su tiempo, por eso pasó a la inmortalidad y cada 20 de diciembre nace en generaciones de cubanos que descubren su poesía y se interesan por su paradigmática vida.
Jóvenes universitarios en esta propia jornada en que celebran el Aniversario el 88 de la FEU, ven a través de su insomne pupila y se preparan para culminar la obra de las revoluciones a la que Rubén Martínez Villena se entregó en cuerpo y alma.
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