Los hijos de la Ciudad Bandera y de Cuba en general, conmemoramos este seis de diciembre el onceno aniversario de la Batalla de Ideas que hoy continúa, porque mientras exista una causa donde el gigante Goliat pretenda avasallar a David, la inteligencia tendrá que prevalecer y cumplirse las sabias palabras de José Martí de que… ¨Trincheras de ideas, valen más que trincheras de piedras¨.
Recordemos que apenas culminada la movilización, que sensibilizó al mundo entero con la causa del niño cardenense, secuestrado por la mafia de Miami y devuelto al fin a los suyos tras largos meses de duro batallar, se dio a conocer a la luz pública el caso de René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández y Fernando González, prisioneros en cárceles del Imperio y conocidos desde entonces como los Cinco.
Por luchar contra el terrorismo, que ha dejado a su paso colosales saldos de muertos, heridos, mutilados e incontables pérdidas materiales en Cuba y otros países, incluyendo a los Estados Unidos, fueron apresados y obligados a cumplir largas condenas, allí, donde los verdaderos ejecutores de actos de esa naturaleza, se pasean libres, disfrutando de los honorarios que ese gobierno paga, a quienes los sirven como cómplices, en su afán de aplastar a los que no aceptan sus dictámenes.
La necesidad de una nación como la nuestra de defenderse de esos crímenes, encontró en estos hombres, a fieles soldados que no escatimaron ni el precio de sus propias vidas, para cumplir la misión encomendada en las propias filas del enemigo y evitar que se sumen más agresiones a la ya larga lista. Más de doce años sometidos a todo género de irregularidades, en un largo proceso de violaciones de las normas judiciales y constitucionales norteamericanas, no han bastado para rendirlos.
Su inocencia y convicción de haber actuado limpiamente para proteger a los suyos y a otros que también puedan ser víctimas del terrorismo, los ha mantenido firmes contra las torturas sufridas, hasta llegar a las más crueles, como el tristemente famoso “Hueco” e impedirles ver a sus seres más queridos.
La Ciudad Bandera conoce de cerca de ese dolor y continúa levantándose cada mañana, buscando formas de lucha para denunciar tanta justicia y exigir e regreso de los Cinco a la Patria. De esta movilización depende en gran medida la victoria final de la actual Batalla, que los devolverá a su familia y a su pueblo agradecido.
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