Cuando supe de la noticia del fallecimiento de Fidel, esa palabra me pareció tan fría, tan vacía, que no entraba en mi cabeza que pudiera ser cierta, pero luego pensé que su vida mortal había acabado por lógica natural; fueron 90 años consagrados, sin reposo y llegó el momento de pasar más allá de lo que por su modestia quiso ser en los últimos años: "El compañero Fidel", aunque el resto pensara diferente.
Atenta escuché a las figuras que hablaron y siguen refiriéndose a él por la televisión y el dolor apenas me permite escribir estas líneas en mi blog, donde hace apenas unos meses compartí el diploma con su firma por la Batalla de Ideas, tras el regreso de Elián y son tantas las imágenes que me vienen a la mente, que me resulta difícil expresarme, sólo sé que fue un hombre extraordinario, que marcó la vida de millones de personas en Cuba y en todo el planeta.
Sin ser religiosa considero sin temor a equivocarme, del inicio de una nueva era con Fidel, como ocurrió con Jesús, que también cuentan fue un hombre bueno y revolucionario de su época, bendecido y maldecido hasta hoy.
Decía el intelectual argentino Atilio Borón, que nadie en el continente como Fidel Castro sobresalió en los dos últimos siglos e incidió hasta en cambios de la geografía mundial y puso el ejemplo del fin del apartheid en África y citó a Neson Mandela.
En esta América Nuestra, fue faro y guía junto al Che para generaciones de latinos que soñaron y sueñan con la unidad desde el Río Grande hasta la Patagonia y paso a paso se materializará a pesar de los reveses, pues en la historia, esos son breves lapsos, que tenemos el compromiso de superar y Fidel dejó el camino trazado.
Ya no voy a escribir más, publicaré en mi blog estas primeras impresiones y voy para la emisora Radio Ciudad Bandera de Cárdenas, mi trinchera ahora, para cumplir con lo que me toca en esta despedida, que como expresó el propio Fidel cuando la caída del Che y ahora Raúl, le daremos el último adiós con un “Hasta la Victoria Siempre”
No hay comentarios:
Publicar un comentario