Con los seudónimos de Alicia, Luz, Mónica, Deborah y hasta el final de
la guerra, Mariela, pasó a ser una de las protagonistas de la histórica
lucha, que concluyó el primero de enero de 1959.
Vilma Espín Gillois, que cumpliría hoy 86 años, fue, es y será para siempre de las imprescindibles en la gran obra, que es la Revolución Cubana.
Vilma Espín Gillois, que cumpliría hoy 86 años, fue, es y será para siempre de las imprescindibles en la gran obra, que es la Revolución Cubana.
Coordinadora
del Movimiento 26 de julio en su querido Santiago, inseparable
compañera de Frank País en la clandestinidad, heroína del Segundo Frente
oriental en la Sierra Maestra y Presidenta de la Federación de Mujeres
Cubanas desde el 23 de agosto de 1960, tampoco dejó de realizarse como
esposa, madre y luego abuela.
Vilma vivió intensamente cada momento de su existencia y dejó una impronta que es importante que las nuevas generaciones sigan, sin perder de vista que fue un ser humano, donde la sencillez y la inquietud por defender el derecho de su sexo a emanciparse y estar mano a mano al lado de su compañero en cada batalla, la distinguió siempre.
No hubo tarea relacionada con la mujer en la edificación de la nueva sociedad que le fuera ajena. Desde las escuelas campesinas de corte y costura Ana Betancourt; en la lucha por eliminar el mal de la prostitución; en la creación de los Círculos Infantiles; en las campañas de vacunación; en el trabajo social
con la comunidad; en la incorporación de las féminas a las tareas de producción y defensa y a los cargos de dirección; en la promoción de la educación sexual; en la batalla por vencer los diferentes niveles escolares y apoyando el trabajo internacionalista de doctoras, maestras, entrenadoras deportivas, técnicas y por supuesto combatientes, estuvo y estará eternamente su presencia.
Y así es como recordamos a Vilma Espín Gillois en su aniversario 86, viva y confiada en la fuerza de las cubanas, para enfrentar cualquier desafío que trate de impedir que podamos estar en la primera línea.con la comunidad; en la incorporación de las féminas a las tareas de producción y defensa y a los cargos de dirección; en la promoción de la educación sexual; en la batalla por vencer los diferentes niveles escolares y apoyando el trabajo internacionalista de doctoras, maestras, entrenadoras deportivas, técnicas y por supuesto combatientes, estuvo y estará eternamente su presencia.
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