Cuatro décadas pasaron de la canción compuesta por Silvio Rodríguez para la película El Hombre de Maisinicú, en la que rendía homenaje a quienes por proteger a su Pueblo velaban desde el silencio, sin poder mostrar su verdadero rostro porque como dijo José Martí, hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas.
¡Oh, qué sensación,
no tener rostro y contemplar el mundo
con ojos tan profundos
como con ojos de guardián del sol!
¡Oh, qué sensación,
no tener rostro y contemplar el mundo
con ojos tan profundos
como con ojos de guardián del sol!
Hoy, al revelarse las identidades de los nuevos Agentes de la Seguridad Cubana pienso en la vigencia de su letra y en los peligros por los que atravesaron estos hombres en contextos diferentes, defendiendo el mismo ideal de aquel campesino, analfabeto al triunfo de la Revolución, pero con igual convicción y entrega.
En las cercanías de Trinidad se erige el Monumento a la memoria de Alberto Delgado, en el lugar donde bandas contrarrevolucionarias lo asesinaron. Allí están el árbol del que lo colgaron y la cueva en que se escondían los bandidos, testigos mudos del horrible crimen. Ninguna lección de historia podrá superar los sentimientos de dolor, rabia, admiración y orgullo que en mi mente se encontraron cuando tuve la oportunidad de visitarlo y revivir estremecida las escenas del filme, que perpetuó la leyenda del Agente de la Seguridad Cubana.
Muchos son los ejemplos de los que a riesgo de sus vidas se han infiltrado en las filas del enemigo, para salvaguardar las conquistas de nuestro Pueblo del gigante de siete leguas que sigue asechando y valiéndose de todas las vías posibles para destruir la Revolución. René, Antonio, Ramón, Gerardo y Fernando permanecen injustamente encarcelados en los Estados Unidos por luchar contra el terrorismo en las propias entrañas del monstruo, como lo hizo el Hombre de Maisinicú en las montañas del Escambray.
Han transcurrido cuarenta años de la canción de Silvio, sin embargo su mensaje mantiene la misma fuerza de entonces, porque los guardianes del sol continúan ahí, alertas e insomnes defendiendo las razones de Cuba y aún más, como dijo el poeta…
Cuánto millón de rostros no tendrá
el que nos regaló la claridad.
Han transcurrido cuarenta años de la canción de Silvio, sin embargo su mensaje mantiene la misma fuerza de entonces, porque los guardianes del sol continúan ahí, alertas e insomnes defendiendo las razones de Cuba y aún más, como dijo el poeta…
Cuánto millón de rostros no tendrá
el que nos regaló la claridad.
1 comentario:
Yo espero que tu comentario de los agentes de la seguridad del estado que cobardemente estaban entre indefensas, madres , esposas , hermanas en resumen mujeres cubanas que abogaban por los derechos de sus familiares constituye para ti un acto de heroismo! Que pena me dan todos los pocos que piensa como ud. y digo porque en Cuba nadie esta con aquello hace mucho y es una verguenza de la manera que estas ciudadans cubanas han sido tratadas, humilladas por los complices de un regimen en sin principios que quiere a todo costo perpetuar su poder y violar los derechos humanos. No uses tanto las palabras de Marti que el las dijo en otro contexto.
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