Un accidente impidió a Isa volver a andar, sin embargo, la vida se encargó de enseñarla a volar, mostrándole sutilezas que le enriquecieron el alma y, según ella misma, la hicieron mejor persona.
Ser o no ser diferente puede convertirse en una disyuntiva a vencer, si se cuenta con la fuerza necesaria para salvar obstáculos, a veces demasiado grandes, pero nunca insuperables.
Isabel García Abreu trabaja como voluntaria de la Cruz Roja en Varadero, escribe, compone y canta. Es dueña de una sensibilidad que conmueve, como el tema de esta canción, sugerida por el niño de una amiga con una discapacidad auditiva severa que adoró de inmediato y lo comparó por su vitalidad y movimientos con un colibrí.
Después otro pequeño le tocó el corazón con su luz; una malformación en el iris le impidió ver cuando nació, pero sus otros sentidos y el amor de los suyos le abrieron las puertas al mundo.
Su experiencia, que no le frenó realizarse como madre de dos niñas, la de muchos de sus amigos con limitaciones o simplemente elecciones diferentes en cuanto a sexo o credo, la inspiraron a crear esta canción, que nos llama a pensar más en lo que nos une como seres humanos.
Y NO SOMOS DIFERENTES
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