Ciudad Bandera

Desde Cárdenas, Cuba y el Mundo, un intercambio franco.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Por los Cinco, el Canto del hermano Thiago de Mello

Conocí de la obra de Thiago de Mello muy joven, por amigos latinos que estudiaban en la Universidad de Amistad con los Pueblos Patricio Lumumba de Moscú. El poema Los estatutos del hombre me marcó para siempre en esa etapa de la vida en la que uno siente la necesidad de creer en lo mejor del ser humano y de confiar en lo bueno que lleva dentro. Hoy el poeta brasileño motivado por una justa causa, se inspira para escribir otro poema, después de recibir los versos de Antonio Guerrero, uno de los Cinco Héroes Cubanos,  que a punto  de cumplir 15 años de sufrir prisión, junto a sus compañeros, por enfrentar al terrorismo, no pierde la esperanza.

 Comparto desde la Ciudad Bandera con quienes puedan leer este blog, aquel hermoso poema y el nuevo, que nos muestra la solidaridad de un hermano de esta América Nuestra, junto a  la foto de mi hija Alicia que con la misma  edad que conoci a Thiago de Mello, se impresionó con su himno y hoy se prepara para el 12 de septiembre...


Los Estatutos del Hombre

Artículo 1.
Queda decretado que ahora vale la vida,
que ahora vale la verdad,
y que de manos dadas
trabajaremos todos por la vida verdadera.

Artículo 2.

Queda decretado que todos los días de la semana,
inclusive los martes más grises,
tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.

Artículo 3.

Queda decretado que, a partir de este instante,
habrá girasoles en todas las ventanas,
que los girasoles tendrán derecho
a abrirse dentro de la sombra;
y que las ventanas deben permanecer el día entero
abiertas para el verde donde crece la esperanza.

Artículo 4.

Queda decretado que el hombre
no precisará nunca más
dudar del hombre.
Que el hombre confiará en el hombre
como la palmera confía en el viento,
como el viento confía en el aire,
como el aire confía en el campo azul del cielo.

Parágrafo único:

El hombre confiará en el hombre
como un niño confía en otro niño.

Artículo 5.

Queda decretado que los hombres
están libres del yugo de la mentira.
Nunca más será preciso usar
la coraza del silencio
ni la armadura de las palabras.
El hombre se sentará a la mesa
con la mirada limpia,
porque la verdad pasará a ser servida
antes del postre.

Artículo 6.

Queda establecida, durante diez siglos,
la práctica soñada por el profeta Isaías,
y el lobo y el cordero pastarán juntos
y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.

Artículo 7.

Por decreto irrevocable
queda establecido
el reinado permanente
de la justicia y de la claridad.
Y la alegría será una bandera generosa
para siempre enarbolada
en el alma del pueblo.

Artículo 8.

Queda decretado que el mayor dolor
siempre fue y será siempre
no poder dar amor a quien se ama,
sabiendo que es el agua
quien da a la planta el milagro de la flor.

Artículo 9.

Queda permitido que el pan de cada día
tenga en el hombre la señal de su sudor.
Pero que sobre todo tenga siempre
el caliente sabor de la ternura.

Artículo 10.

Queda permitido a cualquier persona,
a cualquier hora de la vida,
el uso del traje blanco.

Artículo 11.

Queda decretado, por definición,
que el hombre es un animal que ama,
y que por eso es bello,
mucho más bello que la estrella de la mañana.

Artículo 12.

Decrétese que nada estará obligado ni prohibido.
Todo será permitido


 A continuación el poema  escrito en la  madrugada del 10 de septiembre   de 2013 por Thiago de Mello
desde la Floresta amazónica
 
Un canto de cinco niños a los quince de los Cinco
Tu poema, Antonio, me llega
como un pájaro mojado,
parece herido, que posa
en el silencio sonoro
de mi floresta, cantando:
Son los quince de los cinco.
Quince años serán mañana
De los cinco mis hermanos
heridos por la tiniebla
pero fuertes de esperanza
y verdad, por tu poema,
me abrazan, llenos de luz.
Para contestarte, Antonio,
llamo a cinco niños, llegan
contentos bajo la lluvia,
les digo vamos cantar
de manos dadas, rodando,
una cantiga de amor
bien fuerte para que llegue
al profundo corazón
de cinco lindos hermanos
que están presos, van a hacer
quince años, porque pelean
- ciertos de que vencerán-
Por el reinado, en el mundo,
de la aurora y la infancia.
Ciranda, cirandazinha,
vamos todos cirandar,
cantando: Los cinco hermanos
Vencerán, ay, vendrán.

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