De Derechos Humanos se habla hoy, a propósito de declararse por la Naciones Unidas, el 10 de diciembre, como fecha para que se tome conciencia de su Declaración Universal, sin embargo, lejos estamos, de que sus 30 artículos, sean siquiera revisados.
Muchos, no pueden hacerlo, porque uno de sus derechos, que es a la educación, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental, como es refrendado en su artículo 26, les está negada
Por eso en este día, quiero hacer referencia sencillamente a este derecho, que en Cuba se conquistó al triunfar la Revolución, esa que los “grandes defensores” de los Derechos Humanos, cuestionan y atacan.
En el mes de diciembre los cubanos celebramos la culminación de la Campaña de Alfabetización en 1961 y desarrollamos toda una jornada dedicada a los maestros, hombres y mujeres de pueblo, que desafiando miles de vicisitudes, han garantizado la educación de generaciones, no solo en la Isla, sino en muchos países del orbe.
La máxima del Comandante en jefe Fidel Castro: “No le decimos al pueblo cree, le decimos lee”, devino un principio que demostró cuanta preocupación tenía el proyecto revolucionario, por defender los derechos y la dignidad de los cubanos, sobre la base de la educación y la cultura.
Nos llena de orgullo, haber compartido este legítimo derecho, con más de seis millones de personas en 28 países, con el Método cubano, “Yo si puedo”, programa que se continúa perfeccionado, para contribuir de verdad, a que más voces en el mundo cuenten.
Considero que este derecho es el punto de partida para los demás, pues de qué vale que se enarbole una Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuando millones de analfabetos en el mundo, carecen de la posibilidad de comunicarse a través de la palabra escrita, porque a los poderosos del mundo, les conviene, que sigan creyendo.
Muchos, no pueden hacerlo, porque uno de sus derechos, que es a la educación, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental, como es refrendado en su artículo 26, les está negada
Por eso en este día, quiero hacer referencia sencillamente a este derecho, que en Cuba se conquistó al triunfar la Revolución, esa que los “grandes defensores” de los Derechos Humanos, cuestionan y atacan.
En el mes de diciembre los cubanos celebramos la culminación de la Campaña de Alfabetización en 1961 y desarrollamos toda una jornada dedicada a los maestros, hombres y mujeres de pueblo, que desafiando miles de vicisitudes, han garantizado la educación de generaciones, no solo en la Isla, sino en muchos países del orbe.
La máxima del Comandante en jefe Fidel Castro: “No le decimos al pueblo cree, le decimos lee”, devino un principio que demostró cuanta preocupación tenía el proyecto revolucionario, por defender los derechos y la dignidad de los cubanos, sobre la base de la educación y la cultura.
Nos llena de orgullo, haber compartido este legítimo derecho, con más de seis millones de personas en 28 países, con el Método cubano, “Yo si puedo”, programa que se continúa perfeccionado, para contribuir de verdad, a que más voces en el mundo cuenten.
Considero que este derecho es el punto de partida para los demás, pues de qué vale que se enarbole una Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuando millones de analfabetos en el mundo, carecen de la posibilidad de comunicarse a través de la palabra escrita, porque a los poderosos del mundo, les conviene, que sigan creyendo.
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