Ciudad Bandera

Desde Cárdenas, Cuba y el Mundo, un intercambio franco.

lunes, 28 de junio de 2010

HACE DIEZ AÑOS

El almanaque marcando la fecha y un diploma de reconocimiento con la firma de Fidel por mi modesta participación en la Batalla de Ideas, me hace recordar otro 28 de junio, pero del 2000, cuando regresó a la Patria Elián González Brotón, el niño de seis años, por el que los cardenenses, cubanos y hermanos de distintas latitudes, entablaron una lucha, que culminó con su retorno.
El pequeño compatriota volvía con los suyos, luego de la pesadilla de días inciertos para él y su familia, que se agrandó en aquellas inolvidables jornadas. No hubo hogar de este pueblo, que no se estremeciera con la noticia de su secuestro y se dispusiera a hacer todo lo que estuviera en sus manos, para lograr recuperar la infancia de un inocente, a quien la siniestra política norteamericana, la mafia miamense y la asesina Ley de Ajuste, trataban de truncar.
Ha pasado una década y el azar quiso que conociera de cerca de Elián, que estudia con mi sobrina Gretter, donde acaba de vencer el onceno grado, como cualquier muchachito de su edad , con sueños, alegrías, tristezas y ansiedades, que lo hacen igual y a la vez diferente, de los que en esa etapa de la vida disfrutan de unos años, que los harán crecer como seres humanos y les dejará ese sabor agridulce de la adolescencia, que jamás se olvida .
En ocasiones callado, pero en general alegre y ocurrente. Centrado en el estudio y preocupado por obtener buenos resultados, Elián se esfuerza en cada una de las actividades que desarrolla la Escuela, avanzando como el resto de los compañeros, sin ninguna intención de que la notoriedad de hace diez años, que lo convirtieron en símbolo, lo hagan distinto al resto.
Sus colegas tampoco rompen ese código y aunque conocen de su historia porque la vivieron de cerca en tempranas edades, sostienen con él una relación de camaradería, no exenta de discusiones propias de jóvenes y choques que pueden aparecer, hasta a la hora de enamorar a la misma muchacha.
Mi sobrina me cuenta, que Elián es todo un galán con las compañeras y con ella que comparte la misma clase, es solidario cuando por razones de enfermedad no ha podido asistir al aula, de manera fraternal le brinda sus apuntes para que se ponga al día y con sonrisa pícara le dice, caballo grande, ande o no ande, aludiendo a la hermosura y tamaño de la Gretter, que le devuelve el piropo siempre, con un guiño de sus ojos verdemar.
Así transcurre la vida de Elián González Brotón, quien diez años atrás nos conmovió a todos y nos llevó a iniciar una lucha a la que Fidel le dio el nombre propio, de Batalla de Ideas, porque en este mundo, que Martí avizoró, Trinchera de Ideas valen más que Trincheras de Piedras y defendiéndolas, vencimos en aquel momento y con las mismas armas, hoy más engrasadas y potentes, continuamos el combate, enfrascados en causas iguales de nobles, como la de nuestros Cinco Héroes.

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