Señor Presidente Barack Obama:
Le pido que mire una vez al menos, a esta familia y piense en la suya.¿Sabe cuánto tiempo René, uno de los Cinco Antiterroristas Cubanos estuvo lejos de
ella? ¿Podría imaginar cómo se sentiría, si obligado por una injusta condena tuviera que perderse esos momentos de infinita ternura que sus hijas le proporcionan?
Pues hoy René, a pesar de compartir con los suyos esta felicidad, no puede hacerlo del todo porque cuatro de sus hermanos permanecen en prisión en cárceles de Estados Unidos, nación que usted gobierna.
Nadie como usted puede decidir sobre los destinos de Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y Gerardo Hernández, estos dos últimos sin haber tenido la dicha de tener hijos y con un reloj biológico a punto de agotarse.
Ninguno de ellos atentó contra el pueblo de Estados Unidos, todo lo contrario, por defender los derechos a la paz de Cuba, pusieron sus vidas en peligro y alertaron a las autoridades de su país para que tomaran medidas e impidieran hechos terroristas, que a tantas familias de la Isla han enlutado y que a causa de la Ley de Ajuste, amenazan de forma permanente.
Medite usted Señor Obama, ya no como Presidente de una nación tan poderosa, sino como padre de familia que aspira a ver crecer a sus hijas y que tiene en sus manos la posibilidad de ofrecer a Cinco familias la alegría de reunirse de nuevo, junto a su pueblo -el de Cuba- que le agradecerá por siempre su gesto.
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